Woodstock fue más que un concierto: fue un acontecimiento social, político y musical que cambió nuestra cultura.

El legado del Festival de Woodstock, que tuvo lugar en Bethel, Nueva York, desde el viernes 15 de agosto hasta la mañana del lunes 18 de agosto de 1969, se basa en el hecho de que medio millón de hippies convirtieron una zona enlodada y atascada, en un lugar que simbolizaba la paz y el amor. El acontecimiento también confirmó que el rock & roll había entrado en la corriente dominante.

El acontecimiento ha marcado la cultura hasta nuestros días. Rolling Stone se reunió con Country Joe McDonald, David Fricke y Greil Marcus, veteranos de Woodstock ’69, para preguntarles por qué este acontecimiento musical inadvertidamente gratuito sigue resonando en la cultura popular.

“Siempre digo que Woodstock fue como un picnic familiar; fue divertido”, dice el compositor McDonald, quien tocó con su banda de rock psicodélico Country Joe and the Fish. Interpretaron un set en solitario que cerraron con el icónico tándem de ‘The ‘Fish’ Cheer’ y la oscuramente cómica canción de protesta contra la guerra de Vietnam ‘I-Feel-Like-I’m-Fixin’-to-Die Rag’. “No deberías subestimar que te estabas divirtiendo”.

Ya sea por la legendaria interpretación de ‘Star-Spangled Banner’ de Jimi Hendrix o por el emblemático logotipo de la paloma y la guitarra que sobrevoló los campos pisoteados de Yasgur’s Farm, la gente sigue fascinada por este hito cultural.

“Sí, era un concierto, ésa fue la principal razón por la que todo el mundo acudió, pero la razón por la que lo recordamos es por la forma en que la gente reaccionó ante las circunstancias, las condiciones y las obligaciones que planteaban”, explica Fricke, que acababa de cumplir 17 años cuando asistió. “La música fue lo que nos inspiró a seguir haciéndolo”.

“Durante tres días, todo el mundo se lo pasó bien juntos y cambió el mundo”, afirma Marcus, redactor colaborador de Rolling Stone. “Fue una protesta y un acto de resistencia. Cuando los estudiantes se reunieron en la plaza de Tiananmen en 1989, dijeron: ‘Este es nuestro Woodstock’. No se referían a Santana, The Who y Hendrix; se referían a reunirse, a adoptar una postura independientemente de lo jóvenes que fuéramos. Así que, en ese sentido, estas vacaciones se convirtieron en algo más”.