Para muchas personas, la avena es tan esencial en el desayuno y la cena como el agua misma. Sin embargo, este nutritivo cereal también tiene su “lado oscuro”, especialmente por la calidad de nutrientes que contiene.
No queremos sugerir que consumir avena sea perjudicial, sino que es importante moderar las porciones, ya que el consumo excesivo puede provocar problemas de salud, especialmente en los riñones. En Menú, te explicamos por qué. ¿Qué sucede con los riñones si se come avena en exceso?
Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), la principal contraindicación de la avena es para quienes padecen enfermedades renales. Este órgano se ve afectado por el consumo elevado de este cereal, ya que la avena es rica en potasio y fósforo, minerales que los riñones tienen dificultades para eliminar. El NIDDK señala en su artículo “Comer correctamente en la enfermedad de los riñones” que, cuando los riñones están dañados, “se permite que el potasio se acumule en la sangre, lo que puede causar problemas cardíacos graves”.
Un efecto similar ocurre con el fósforo: “Demasiado fósforo en la sangre puede extraer el calcio de los huesos, debilitándolos y haciéndolos más propensos a fracturas. Además, los niveles elevados de fósforo pueden causar picazón y dolor en los huesos y articulaciones”.
Por lo tanto, se recomienda a las personas con problemas renales (como insuficiencia, cálculos, quistes y cáncer) optar por alimentos bajos en fósforo y potasio. Esta es una sugerencia que todos deberíamos considerar.
¿Cuánto potasio tiene la avena?
El potasio desempeña un papel crucial en nuestro organismo: ayuda a regular los niveles de líquidos, facilita el movimiento muscular, mantiene el ritmo cardíaco y permite el transporte de nutrientes a las células.
Sin embargo, según la National Kidney Foundation, las cantidades elevadas de potasio pueden ser peligrosas. Alimentos como plátanos, espinacas, aguacates, almendras y avena son ricos en este mineral. En promedio, 100 gramos de avena contienen aproximadamente 350 mg de potasio y 400 mg de fósforo, lo que representa cerca del 10% de la ingesta diaria recomendada para una persona sana.
La National Kidney Foundation enfatiza que “el tamaño de la porción es fundamental. Una gran cantidad de un alimento bajo en potasio puede convertirse en una comida alta en potasio”.
Si tienes un diagnóstico de enfermedad renal, es fundamental consultar a tu médico para determinar si la avena podría ser perjudicial o agravar tus síntomas. El especialista te orientará sobre las cantidades adecuadas para tu consumo.
Por otro lado, si disfrutas de buena salud, los expertos recomiendan moderar la ingesta de avena a entre 25 g y 30 g al día, equivalente a un pequeño tazón.
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