Brian Wilson, el genio creativo y corazón melancólico detrás del emblemático sonido californiano de The Beach Boys, falleció este miércoles a los 82 años, según informó su familia mediante un conmovedor mensaje:

“Estamos destrozados… nos faltan las palabras”.

Un legado que todavía escucha al mar

Co‑fundador de la banda que definió la cultura surf‑pop de los 60, Brian fue autor de himnos eternos como “Surfin’ U.S.A.”, “California Girls”, “Fun, Fun, Fun” y “Good Vibrations”, y arquitecto de Pet Sounds (1966), considerado uno de los mejores álbumes de la historia. Su influencia trasciende generaciones: artistas como Paul McCartney lo admiraron por transformar el estudio en un instrumento musical.

De prodigio tímido a creador de armonías eternas

Nacido el 20 de junio de 1942 en California, Brian empezó componiendo en la adolescencia junto a sus hermanos y amigos bajo el nombre “The Pendletones” antes de convertirse en The Beach Boys. Su perfeccionismo y experimentación marcaron un antes y después en la producción musical.

Batallas personales y triunfo artístico

A lo largo de su vida enfrentó problemas de salud mental, incluyendo trastornos severos que lo llevaron al límite, y una dependencia a psicoterapia extrema. A pesar de las adversidades —internaciones, abusos, tratamientos controvertidos—, regresó varias veces con proyectos memorables como Brian Wilson Presents Smile (2004), ganador de un Grammy.

Su vida, reflejada en el célebre biopic Love & Mercy (2014), y su legado incondicional con los Beach Boys, lo consagraron como un mito musical, capaz de transformar el pop en poesía sublime

Luto mundial y tributo infinito

Su familia pidió privacidad mientras el mundo llora a su “padre querida música”. Celebridades como Nancy Sinatra destacaron su generosidad y la eternidad de su obra. Con más de 100 millones de discos vendidos y récords legendarios, su influencia perdurará tanto como el sonido del mar en una canción de verano.

Brian Wilson deja un legado imborrable: himnos del surf, armonías perfectas y emociones profundas. Aunque ya no esté con nosotros, sus notas seguirán pintando cielos azules y olas eternas en nuestros corazones.