Este 7 de abril, Día Mundial de la Salud, recordamos que estar bien no es un lujo: es un derecho que todos merecemos.

Cada 7 de abril celebramos el Día Mundial de la Salud, y más que una efeméride, es una pausa necesaria para recordarnos que la salud no es un privilegio, es un derecho. Vivimos en un mundo donde el ritmo acelerado, el estrés constante y las desigualdades sociales nos hacen olvidar que estar bien –física, emocional y mentalmente– es una causa que vale la pena defender todos los días.

Impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1948, este día no solo busca promover hábitos saludables, sino también poner en el centro la importancia del acceso justo, equitativo y real a la salud para todas las personas. Porque sí, vivir en bienestar no debería depender de dónde naciste, cuánto dinero tienes o qué tan cerca estás de un hospital. Este año, el lema es claro y poderoso: “Mi salud, mi derecho”, una frase que nos invita a reflexionar sobre cómo cuidarnos también es una forma de resistencia, de empoderamiento y de justicia social.

La salud va mucho más allá de no tener fiebre o evitar una gripe. También es poder alimentarte bien, tener acceso a agua limpia, respirar aire libre de contaminación, vivir en entornos seguros, cuidar tu salud mental sin miedo a ser juzgado, y saber que si un día te sientes mal, habrá alguien ahí para ayudarte. Por eso, hablar de salud hoy es también hablar de dignidad, empatía y comunidad.

Y en este mundo que muchas veces va demasiado rápido, es importante recordar que cuidarte no es egoísta, es vital. Dormir bien, tomar agua, desconectarte un rato de las redes, decir que no cuando algo te hace mal, pedir ayuda cuando la necesitas… todo eso también es salud. También es revolución.

El Día Mundial de la Salud no es solo una campaña de la OMS, es una invitación abierta para que tú, yo y todos tomemos conciencia y actuemos. Puedes empezar por ti, con pequeños gestos que mejoren tu calidad de vida, y también puedes extender la mano a quienes te rodean. Compartir información útil, escuchar a alguien con empatía, levantar la voz cuando veas una injusticia o simplemente acompañar a un amigo en un mal día… todo eso suma.

Hoy más que nunca necesitamos hablar de salud con empatía, con respeto y con mucha humanidad. Porque nadie merece vivir en condiciones que dañen su cuerpo o su mente. Nadie merece tener que elegir entre comer o ir al médico. Nadie debería sentirse solo cuando necesita ayuda. La salud es un derecho, no un lujo. Y si tú estás bien, tienes más fuerza para ayudar a otros a estarlo también.

Así que este 7 de abril, abraza tu salud con cariño, no como una meta lejana, sino como una parte esencial de tu día a día. Cuídate, cuida a los tuyos, y recuerda que estar bien es el primer paso para construir un mundo más justo, más fuerte y más humano. 💚