La hija de Alejandro Fernández se refirió a su equivocación al cantar el Himno durante la pelea de “Canelo” en Las Vegas.

Camila Fernández tuvo la responsabilidad de entonar el Himno Nacional durante la tan esperada pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y Edgar Berlanga el pasado 14 de septiembre en Las Vegas. Su actuación fue muy significativa, pero la cantante no estuvo exenta de un pequeño error al cambiar una palabra de la letra del himno.

Tras el incidente, Camila se tomó un momento para reflexionar sobre lo ocurrido. Aunque no ofreció una disculpa pública formal, utilizó sus redes sociales para compartir un mensaje en el que habló abiertamente de su equivocación. “Canelo, gracias por tu invitación, cariño y apoyo. Fue un honor representar a nuestro país al interpretar el Himno Nacional. Estaba muy conmovida y los nervios me traicionaron por un momento. Canté con el corazón, respeto y orgullo de México”, escribió la artista, agradeciendo también las muestras de apoyo que recibió a pesar de las críticas.

En su mensaje, Camila se mostró agradecida por el cariño de sus seguidores. “Gracias a la gente por sus mensajes tan lindos y todo el amor que me demuestran. Sigo creciendo, forjando mi camino y aprendiendo todos los días”, añadió, reflejando su deseo de seguir mejorando como artista.

Por su parte, Canelo Álvarez no tardó en defender a la cantante ante las críticas. En una declaración, subrayó que todos somos humanos y que los errores son parte de la vida. “Todos nos equivocamos, no se lo tomen tan a pecho. Cometemos errores, y así es. Ella lo hizo muy bien; es una gran responsabilidad. Cualquiera de ustedes que se suba no se sabe ni el primer párrafo”, comentó el boxeador, mostrando su apoyo a Camila y recordando que el nerviosismo puede afectar a cualquiera en momentos tan importantes.

El incidente puso de relieve tanto la presión que sienten los artistas en situaciones de alto perfil como la solidaridad entre colegas, evidenciada por la defensa que Canelo brindó a su compañera. En definitiva, este momento no solo reflejó un pequeño desliz, sino también el espíritu de camaradería y el orgullo por representar a México en el escenario internacional.