Cuando tenemos niños pequeños, encontrar tiempo para hacer ejercicio puede convertirse en una misión imposible. Sin embargo, el yoga es una alternativa ideal porque, además de relajarnos, nos permite tonificar los músculos y, por si fuera poco, se puede practicar con los pequeños. De hecho, aunque solemos pensar que el yoga es un ejercicio para adultos, lo cierto es que se puede practicar en familia.

Los expertos indican que a partir de los 4 años los pequeños ya están preparados para practicar yoga. A esta edad ya han logrado un mayor control sobre su cuerpo, lo cual les permite asumir determinadas posturas y realizar los movimientos del yoga. Además, a los 4 años ya son capaces de comprender qué se espera de ellos y pueden disfrutar de esta práctica.

Enseguida te mostramos 7 razonas por las que tus niños deben practicar este arte:

Aumenta la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio.

Los niños suelen ser muy flexibles, pero es importante que practiquen ejercicios que les permitan mantener esa flexibilidad cuando crezcan. En ese caso, el yoga es una actividad ideal, sobre todo a edades tempranas. Además, esta actividad también fomenta la coordinación y el equilibrio, así como el sentido del ritmo y la fuerza muscular.

Promueve la armonía. 

A diferencia de otros deportes, el yoga brinda un espacio en el que los niños pueden relacionarse de forma no competitiva. Los pequeños pueden aprender a trabajar en equipo y respetar a sus compañeros, sin necesidad de competir entre sí. Además, estos ejercicios estimulan la armonía interior, que constituye la base para que en un futuro los niños puedan construir una vida más equilibrada.

Canaliza la energía. 

Muchos padres piensan que si su hijo es inquieto o hiperactivo, no podrá practicar yoga. Sin embargo, en realidad no es así. El yoga infantil les ayudará a canalizar esa energía en exceso, les enseñará a relajarse y fomentará la concentración.

Crea hábitos saludables. 

El yoga es un excelente ejercicio, por lo que si se practica desde pequeños, los niños aprenderán a seguir un estilo de vida más activo que les ayude a mantener a raya el sobrepeso y la obesidad. Además, al enseñarles a calmar la mente, el yoga también contribuye a evitar el problema de la ingesta emocional.

Mejora la autoestima. 

El yoga no solo es beneficioso a nivel físico sino también mental. De hecho, es una práctica excelente para los niños más tímidos y vergonzosos ya que les ayudará a perder el miedo a relacionarse. Estos ejercicios fomentan la confianza en sus capacidades y eleva su autoestima.

Estimula el autocontrol. 

Los ejercicios de yoga son muy eficaces para estimular el autocontrol y lograr que el niño desarrolle sus propias estrategias para gestionar sus emociones. De hecho, el yoga les ayudará a lidiar con la frustración y la ira, enseñándoles a ser pacientes y canalizar mejor esas emociones negativas.

Fomenta el autoconocimiento. 

El yoga no solo potencia el conocimiento del cuerpo sino también de los estados mentales. Estos ejercicios les permiten a los niños aprender más sobre sus emociones y pensamientos, a la vez que les enseña que los límites físicos pueden ser superados. De hecho, el yoga es un excelente ejercicio para los niños que tienen ciertos tipos de problemas motores.

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