Él habla sobre ella: “Desde que la conocí, estuve enamorado por mucho tiempo.

Ludwika Paleta y Osvaldo Benavides se aman desde hace 30 años y no tienen problema en decirlo.

Él habla sobre ella: “Desde que la conocí, estuve enamorado por mucho tiempo. Luego no nos vimos unos años y al reencontrarnos, fue creciendo una amistad que después se volvió complicidad”.

Ella habla sobre él: “Nos conocemos hace muchos años, desde El abuelo y yo (telenovela de 1992). Eran momentos muy especiales porque eran cosas extraordinarias que vivíamos como niños: era hacer tv, jugar a la ficción y hacernos famosos. Nos queremos”.

Ambos fueron la pareja romántica juvenil sensación de mediados de los 90, cuando formaron parte de la telenovela “María la del barrio”, que se proyectaba en el horario estelar del Canal de las Estrellas.

Ludwika interpretaba en el melodrama a Tita, la hija adoptiva de la pareja conformada por Thalía y Fernando Colunga; Osvaldo era Nandito, el hijo biológico.

Entre los dos personajes había miel, mucha miel y ambos hacían soñar al público.

“En algún momento me cansó (que le llamaran Nandito), pero hoy en día ya no. Esa telenovela, por más mal que yo haya actuado en ella (risas), me abrió las puertas a esto y es parte de mi historia”, asegura Osvaldo.

En diciembre pasado, cuando la imagen de ambos personajes fue utilizada para el teaser/trailer del filme Noche de bodas, que estrena el 7 de marzo en cines, las redes sociales estallaron. El video no sólo rescataba imágenes de la telenovela noventera, sino de una escena incluyendo a Ludwika vestida de novia, cargada por Osvaldo.

“Quisimos jugar con eso porque la pareja siempre ha sido muy querida, casi como que no hay Tita sin Nandito, ni Nandito sin Tita. Y aunque la peli no va de eso, queríamos traer nostalgia a la gente. La nostalgia a todos nos gusta”, explica Ludwika divertida.

Sin embargo, la ópera prima de Osvaldo como director se presta para la imaginación.

“Es una comedia romántica, pero a mí me gusta decir que trae veneno”, adelanta el actor.

“Sí tiene su lado cursi y mucho sentido de humor. Trae por ahí una capita de la mala leche que a veces somos todos a lo mejor por ignorancia, de cómo somos rencorosos, enojones, que no nos gusta aceptar nuestros errores, por qué casarse y por qué la gente pretende hacer algo que no”, añade Osvaldo.