Anita Álvarez, nadadora artística y sincronizada mexicoamericana, se encontraba terminando su presentación en la final de solo libre de natación artística que se llevó a cabo en el Campeonato Mundial de Budapest. Al momento de concluir, ella pierde el conocimiento y comienza a hundirse al fondo de la alberca, la cual contaba con una profundidad de 2,7 metros.

Quien evitó un final trágico para la deportista fue su entrenadora, la exnadadora Andrea Fuentes, mediante una maniobra que duró casi un minuto y le resultó muy complicada de realizar.

Fue un verdadero milagro la rápida reacción de Fuentes, pues los socorristas estaban tomando mucho tiempo en actuar para rescatar a Anita. Al salir del agua, dos minutos después, Álvarez por fin logra expulsar el agua y tomar aire, pero solo después de que Andrea Fuentes hiciera un gran esfuerzo en abrirle la mandíbula, pues los músculos de ésta se tensaron debido a la gran situación de estrés en la que se encontró la nadadora.

Sin duda un acto heroico que logró que toda este conflicto resultara en un susto.