Al hablar de cine de terror, muchos piensan en Hollywood y sus costosas producciones. Sin embargo, las películas de habla hispana, como “La Abuela”, se han consolidado como grandes promesas del género, destacándose en el mercado internacional.
Sumergida en una atmósfera de creciente tensión y misterio, “La Abuela” es una inquietante película de terror psicológico dirigida por Paco Plaza, conocido por obras maestras como “REC”. En esta ocasión, explora las profundidades del miedo, el envejecimiento y las sombras de las relaciones familiares.
Protagonizada por Almudena Amor como Susana y Vera Valdez como Pilar, la película retuerce los elementos tradicionales del género, transformando una simple visita para cuidar a una anciana en una pesadilla que desafía la naturaleza y la realidad.
La trama sigue a Susana, una joven modelo española en París, cuya vida da un giro inesperado tras recibir la noticia de que su abuela Pilar, que la crió tras la muerte de sus padres, ha sufrido un derrame cerebral en Madrid. Sin dudarlo, regresa para cuidar de la mujer que fue su madre adoptiva, solo para descubrir que Pilar ya no es la misma abuela amorosa que conocía.
El derrame cerebral ha cambiado a Pilar, volviéndola extraña y perturbadora. A medida que pasan los días, la relación entre Susana y su abuela se deteriora, no solo por el peso del cuidado, sino también por el creciente miedo que Susana siente hacia ella.
Una de las primeras señales inquietantes ocurre al llegar al apartamento, donde Susana encuentra a una mujer de la misma edad que Pilar tendida inerte en el suelo, marcando el inicio de una serie de eventos extraños. Poco después, una joven desnuda se le aparece y le besa la mano, anticipando la llegada de fuerzas siniestras.
Con el tiempo, las pesadillas de Susana se intensifican, y la ansiedad la consume, no solo por los sueños, sino por el comportamiento errático de Pilar. Los movimientos y susurros de la anciana comienzan a revelar algo más oscuro. Intentando recuperar el control, Susana contrata a una cuidadora, pero tras un trágico accidente automovilístico de esta mujer, los eventos se tornan aún más oscuros, llevando a Susana al límite.
Paco Plaza guía al espectador por un camino que fusiona el horror físico con lo metafísico, explorando temores primitivos como el envejecimiento, la pérdida de control y la invasión de lo desconocido en el hogar. Plaza no solo crea una narrativa de terror, sino que también aborda temas universales y profundamente humanos, como la dependencia, el sacrificio y el miedo a la soledad.
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