Quién es la máscara de Televisa ha visto una nueva caída en su audiencia. Después del estreno de la sexta temporada del popular programa de canto de celebridades enmascaradas el domingo 20 de octubre, los índices de audiencia han ido disminuyendo semana tras semana.

La nueva temporada de Quién es la máscara, con Anahí, Martha Higareda, Juanpa Zurita y Carlos Rivera en el panel de investigadores, tuvo un debut impactante con 2.99 millones de espectadores en su primera transmisión. En este episodio, se revelaron las identidades de Tucán y Micrófono, que resultaron ser Marta Sánchez y Marko, respectivamente. Sin embargo, en el segundo programa, transmitido el domingo 27 de octubre, la audiencia cayó a 2.61 millones, lo que representa una disminución del 12.71% respecto al estreno. En ese capítulo, Erik el roto fue eliminado, y se reveló que era el cantante regional mexicano El Fantasma.

El domingo 3 de noviembre, el tercer programa de la temporada registró números aún más bajos.

¿Cuál fue el rating de Quién es la máscara el 3 de noviembre?

En esta entrega, la cuarta eliminada del show conducido por Omar Chaparro fue ‘María Joacuina’, quien resultó ser la conductora de ‘Cuéntamelo Ya’, Cynthia Urías, la voz en off del programa tras la salida de Paola Rojas. La eliminación de Cynthia atrajo a 2.47 millones de espectadores, lo que significa que el programa ha perdido 520 mil televidentes desde su estreno, equivalente a una caída del 14.83% en la audiencia.

Estas cifras son preocupantes, especialmente si el reality continúa en esta tendencia a la baja en las próximas semanas.

¿Afectan los spoilers el rating de Quién es la máscara?

A través de redes sociales, los seguidores del programa han expresado su frustración porque la competencia se transmite una hora antes en Estados Unidos por Univisión, lo que provoca que se filtren los resultados del programa antes de su transmisión en México. Esta situación ha llevado a muchos a cuestionar la relevancia de seguir el programa en televisión, ya que los spoilers pueden arruinar la experiencia de la audiencia.